domingo, 1 de marzo de 2015

Naranjas de mesa y naranjas de zumo a domicilio la diferencia está en el tamaño - Mandarinas Sanz

¿Naranjas de zumo o de mesa? Comprar naranjas

 Los expertos aseguran que la división es falsa, que todas pueden comerse y todas dan zumo, aunque unas más que otras. Repasamos las propiedades de las variedades más conocidas. Comprar árboles

¿Naranjas de mesa o de zumo? Los expertos aseguran que la división es falsa, que todas pueden comerse y todas dan zumo, aunque unas más que otras. ¿Entonces? Pues parece que comenzaron a venderse 'para mesa' aquellas que estaban en mejor estado y tenían aspecto más apetecible. Puede, pero es un hecho que en el mercado nos encontramos variedades muy diferentes de esta fruta, que es sin duda una de las más extendidas por el mundo y que nos proporciona una mayor gama de posibilidades de consumo. No sólo en zumo o entera, sino también en mermelada, confitada, en tartas y pasteles... y en recetas 'saladas', a las que aporta su aroma y sabor cítricos. Y no hablemos de las infinitas posibilidades del zumo, desde un refresco a un cóctel, y que dejaremos para otro día. Comprar mandarinas
Son las ventajas de esta fruta, que además está en plena temporada. Pero volvamos al principio, a los tipos diferentes de naranja. Para empezar hay una división radical entre dulces y amargas, de las que podríamos decir que son frutos (y dos árboles) diferentes. La amarga tiene origen asiático, fue plantada en todo el sur de Europa y era la única conocida por estos lares en la Edad Media: son 'amargos', por ejemplo, los naranjos de Sevilla, cuyas flores (azahar) perfuman la ciudad durante la explosiva primavera hispalense con una fragancia inconfundible y narcótica.
Tiene la naranja amarga no pocos usos curativos (leyendo me entero de que lo mismo combate la dispepsia que las hemorroides o el colon irritable) y sirve también para enmascarar con su gusto el mal sabor de drogas y fármacos. Pero lo que aquí nos interesa es su uso culinario y la naranja amarga es, por encima de todo, aquella con la que se elabora la mermelada y la salsa del pato a la naranja en su versión más clásica.
La naranja dulce llegó más tarde aquí, pero sustituyó a la amarga con rapidez. Tiene origen chino (las 'naranjas de la China'), fue traída de la India por los portugueses y llevada a América por los españoles. Son muchas las variedades, pero las que tenemos a mano pueden encuadrarse en tres grandes grupos:
Las navel tienen una rugosidad -en realidad, un fruto atrofiado- en la parte opuesta al pedúnculo en forma de ombligo ('navel', en inglés). Son frutos grandes, esféricos, fáciles de pelar y de pulpa sabrosa y sin semillas. Tienen una peculiaridad, son dulces al comer pero su zumo es amargo.
Las blancas son más achatadas, no tienen 'ombligo'. Algunas variedades tienen muchas semillas, pero no todas. A este grupo pertenecen la salustiana, de corteza rugosa y jugo dulce, y la Valencia late o tardía ('late' en inglés), la más extendida y apreciada.
Las sanguinas son esas que presentan una pigmentación rojiza en la pulpa -y a veces también en la corteza- que se asemeja a pequeñas venillas y cuyo zumo adquiere a veces un sabor que recuerda al de las cerezas. Su vistoso colorido hace que sean empleadas en la elaboración de mermelada de Sevilla.
¿Entonces? Pues que, digan lo que digan los expertos citados al comienzo, sí podemos tomar como guía no infalible el consejo de comprar salustianas para zumo y navelinas para mesa, por citar dos de las variedades más comunes en nuestras fruterías.
Y qué es mejor, ¿comerlas o beber su jugo? Depende. Comiendo el fruto entero ingerimos más fruta (y perdón por la obviedad) y aprovechamos mejor sus muy amplias propiedades nutritivas y salutíferas, entre las que no es la menor su alto contenido en vitamina C, tan necesaria para combatir los males propios del invierno. Proporciona además una mayor sensación de saciedad. Naturalmente, beber el zumo es cómodo (siempre que sea otro quien lo exprima) y como refresco sustituye con ventaja a otras bebidas gracias a su composición. Lo mejor es alternar ambas formas de consumo.
Lo que resulta absolutamente recomendable es aprovechar el momento de degustar las naranjas en su mejor época, que es esta precisamente y que se extenderá hasta abril, aunque los procesos de producción y de refrigeración (¡ay!) extienden la presencia de naranjas en los mercados prácticamente a todos el calendario.
¿Cómo elegir las mejores? Lo ideal es tomarlas una a una y comprobar su aspecto (debe recharzarse la que presente zonas blandas, hundidas o la piel seca; el aroma (cuanto más intenso, fresco y dulce, mejor); y el peso (será mayor cuanta más sea la cantidad de jugo). Por lo general las compramos en mallas de dos o más kilos; en ese caso debemos fiarnos de nuestra experiencia y optar por la marca que nos merezca confianza, desde luego aquella en que la calidad de los frutos sea uniforme y no 'cuele' en la malla alguno que debiera haber sido desechado de antemano.
Téngase en cuenta que la naranja no madura una vez arrancada del árbol; de manera que si vamos a comerlas en los días siguientes a la compra (no más de una semana), podemos tenerlas en el frutero a temperatura ambiente; pero si ese tiempo se prolonga hay que guardarlas en el frigo. Yo creo que es recomendable comprar menos y consumirlas pronto.Fuente

Busque la naranja Navelate de Castellón porque no existe otra naranja de mejor calidad.


 La naranja está en plena temporada.

No hay comentarios:

Publicar un comentario