miércoles, 10 de septiembre de 2014

Florida sin naranjas? - Mandarinas Sanz

Peligra el mercado de cítricos de la Florida

 

 
 

El cítrico siempre ha sido sinónimo de Florida.
La naranja adorna las chapas de los autos en el estado. El famoso estadio de football de la Universidad de Florida recibió su nombre en honor a un magnate de las naranjas. Hay incluso un condado que lleva el nombre de Citrus.
Por décadas la industria de los cítricos siempre se ha mantenido fuerte – ante las heladas, los huracanes y el impetuoso desarrollo urbano..
Pero ahora la industria de $9,000 millones encara su mayor desafío, que pone en riesgo la economía del estado y su propia identidad. La culpa le corresponde a un insecto marrón moteado –no mayor que la goma de borrar de un lápiz– portador de una enfermedad mortal.
En China, donde se descubrió el problema por primera vez, se le llama Huanglongbing. La traducción, “la enfermedad del Dragón Amarillo”. En Florida le llaman simplemente greening (reverdecimiento).
Llegó junto a in insecto invasor llamado el Psílido Asiático del Cítrico, que se alimenta de las hojas de la planta y deja tras sí una terrible bacteria. El árbol sigue dando frutas utilizables, pero eventualmente la enfermedad obstruye sus conductos vasculares. Las frutas se le caen y el árbol muere lentamente.
El psílido no es nativo de Florida, y se cree que llegó con alguien que, inadvertidamente, trajo una parte de un árbol desde Asia. Algunos creen que se dispersó con los vientos de los huracanes de hace una década.
Una enfermedad sin cura
Lo cierto es que no hay cura para el greening, y ningún país ha conseguido erradicarlo con éxito.
Todo esto tiene a los citricultores de Florida en una carrera frenética para tratar de detener la enfermedad.
“Es como si estuvieras en guerra”, dice Ellis Hunt Jr., cuya familia es propietaria de más de 5,000 acres de naranjales y es parte de una cooperativa que contribuye a Florida Natural, la mayor marca de jugos del país.
Hunt estima estar gastando unos $2,000 por acre en costos de producción, un incremento del 100% sobre los costos de hace 10 años. Buena parte de ello va a parar a nutrientes y a aspersores para tratar de controlar a los psílidos, el insecto vector de la enfermedad. La idea de que desaparezca su granja lo enferma.
“No podemos permitir que esto pase ante nuestros ojos”, afirma.
Casi todos los huertos del estado están afectados en varios grados por el greening, y los investigadores, citricultores y expertos coinciden en que la crisis comienza a comprometer la prominencia de Florida como una región de cítricos. Florida está en segundo lugar en el mundo, detrás de Brasil, en la producción de naranjas, y produce alrededopr del 80% del jugo en Estados Unidos.
En la última cosecha el estado projujo 104 millones de cajas de naranja, que representan la mayor parte de la producción total de cítricos de Florida. En el 2003 –dos años antes de que fuera descubierto el greening y antes de varios huracanes devastadores– se recogieron 243 millones de cajas.
“Esto afecta a todo el estado. El impacto económico. El paisaje. La imagen icónica de Florida y cómo atrae gente hasta acá para sentir el perfume de los azahares en la primavera y mirar a la cesta de cítricos frescos de la Florida como regalo de la Navidad”, dijo el comisionado de Agricultura de Florida, Adam Putnam, cuya familia cultiva naranjas desde inicios del siglo XX.
“Tendrá un efecto de dominó sobre la economía si no podemos controlar esta enfermedad”, señaló.
La industria puede colapsar
Los expertos creen que si no se halla una solución, la industria del cítrico de Florida, completa –con sus 75,000 empleos– pudiera colapsar. Para hacer más grave el asunto, la enfermedad coincide con un incremento en la competencia del extranjero y con una disminución en el consumo de jugos porque los consumidores andan más atentos al consumo de carbohidratos. En julio, el jugo de naranja al detalle cayó a su menor nivel en 12 años por segunda vez consecutiva en un período de cuatro semanas.
El estado mayor en la guerra contra el Dragón Amarillo se encuentra en Lake Alfred, a 30 millas al suroeste de Walt Disney World, en un clúster indescriptible de edificios del Centro de Investigación y Educación de los Cítricos de la Universidad de Florida.
Allí, algunos de los mejores investigadores de cítricos del mundo –desde Estados Unidos, China, Brasil, India– viven tras los microscopios y escudriñan dentro de los invernaderos improvisados​​, con la esperanza de destrabar el rompecabezas del greening. Hablan de nucleótidos y genomas, como la gente normal pide un sándwich.
Los investigadores se están concentrando en dos cosas: una solución a corto plazo que permitirá sobrevivir a los árboles existentes, y una solución a largo plazo –posiblemente dentro 3 o 5 años– para desarrollar un árbol resistente al greening.
“Mucha gente anda buscando curas milagrosas”, dijo Jude Grosser, profesor de horticultura que ha pasado su carrera de 30 años en el desarrollo de variedades de cítricos y que ahora se centra en la buscar la cura del greening. “Pero la respuesta al greening contendrá varias piezas diferentes. Nuestra parte es encontrar la resistencia genética a la enfermedad”.
Algunos productores se toman el asunto en sus manos. Rick Kress, presidente de Southern Gardens Citrus, ha contratado un equipo de investigadores privados para trabajar en la modificación genética de un árbol resistente al greening con el ADN de las espinacas. Kress entiende que introducir un jugo de naranja modificado genéticamente podría crear otro obstáculo por cuenta de la percepción pública de estos alimentos.
Pero la alternativa –que no haya jugos del todo– es impensable.
“Independientemente de los retos”, insiste Kress, “el jugo de naranja de la Florida no va a desaparecer”. Fuente

Naranjas valencianas las de Valencia al natural, las de verdad.

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