Natillas de mandarina y jengibre. Comprar mandarinas clementinas
Prepara unas Natillas de mandarina y jengibre para disfrutar de un postre original y delicioso. Nada mejor que terminar una buena comida que con un postre casero las natillas, a las que les incorporamos un toque de sabor de temporada, pueden ser mandarinas o naranjas. Comprar naranjas por Internet
Siempre que hacemos natillas hay ganas de llegar al postre, también cuando hacemos algunas variantes de las clásicas natillas como la que hoy compartimos con vosotros, unas deliciosas natillas de mandarina y jengibre. ¿Quién se negará así a comer fruta? Y como estamos en temporada de cítricos, pues es momento de hacer postres con ellos, además de comerlos gajo a gajo y de disfrutar de los zumos.
Con estas natillas de mandarina y jengibre conquistaréis a los más golosos y a los que no lo son tanto, no son nada empalagosas (la cantidad de azúcar se debe graduar al gusto y según la acidez de la fruta), salen muy cremosas y son facilísimas de hacer. Si lo estáis pensando, pues sí, se pueden hacer estas natillas con naranja, y el jengibre lo podéis obviar si no os gusta mucho. Comprar árboles frutales online
Ingredientes (4 comensales)
200 gramos de zumo de mandarina, piel rallada de dos mandarinas, 1 trozo de raíz de jengibre (del tamaño de una nuez), 600 gramos de leche, 24 gramos de Maizena, 60-80 gramos de azúcar (según gustos y acidez de la fruta), 4 yemas de huevo.Elaboración
Lava bien las mandarinas, ralla la piel necesaria y después haz el zumo. Pela el jengibre y pon los tres elementos en un cazo, zumo, piel y jengibre. Añade la leche (reservando un poco en un vaso para disolver la Maizena) y pon el cazo a calentar a temperatura media-alta.Vierte en un cuenco las yemas de huevo y añade el azúcar, bate con las varillas hasta que se integre, sin llegar a espumar. Añade a las yemas la leche con la Maizena y mezcla bien.
Cuando la leche rompa a hervir retírala del fuego, tápala y deja un par de minutos para que infusione el jengibre, después retíralo. Vierte el preparado de las yemas de huevo al cazo de la leche.
Cuece a fuego lento sin dejar de mover con las varillas o con la cuchara de madera (no debe hervir en ningún momento), hasta que la elaboración espese un poco, cuando se enfríe espesará más.
Vierte las natillas en platos, cuencos o copas de postre (se pueden pasar por el colador), y deja enfriar a temperatura ambiente. Una vez frías, puedes reservarlas en el frigorífico tapadas con film transparente.
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